Al norte de la comarca de La Safor (Comunidad Valenciana), la Valldigna se extiende diáfana y llana desde las montañas que la circundan hasta su confluencia con el mar. ‘Digno valle’ (‘Vall digna’), es lo que, le debió parecer al rey Jaime II el Justo (1267-1327) cuando lo eligió en 1298 para que en él se estableciera una comunidad de monjes cistercienses provenientes de Santes Creus y se fundara el complejo monástico que, con el trascurrir de los siglos acabaría convirtiéndose en uno de los más poderosos, ilustres y relevantes del territorio valenciano.
La construcción de monasterios no obedecía a caprichos reales, era una necesidad y una obligación que tenían los reyes. Por una parte repoblaban zonas que hasta entonces estaban habitadas por mudéjares, con cristianos y por otra parte controlaban el territorio, concediendo a los abades jurisdicción civil y criminal sobre los habitantes del lugar.
El monasterio está articulado como suele ser habitual en este tipo de conjuntos arquitectónicos a partir de diferentes edificios destinados a los diferentes usos y cometidos de la comunidad cisterciense. Situado en el campo y estructurado como una comunidad agrícola autosuficiente, con claustro, iglesia, refectorio y cocina, granero y bodegas, baños y letrinas, dormitorio abacial y dormitorio para los monjes, y todo rodeado por una muralla defensiva, que conoció a lo largo de su dilatada historia momentos de fortuna junto a otros de decaimiento y letargo.
Nos comentaba la guía que se pueden observar tres etapas significativas en su construcción: la implantación gótica del siglo XIV, conformando la estructura completa del conjunto en torno al claustro, de acuerdo a los cánones del Cister; una renovación ocurrida en el año 1396 después de sufrir un terremoto; y una segunda renovación definitiva después de su destrucción por otro terremoto en el año 1644, sustituyéndose completamente todo ya en época barroca (siglos XVII y XVIII), a la que pertenecen el actual templo y la capilla de la «Mare de deu de Gràcia» (Nuestra Señora de Gracia).
En el año 1811, las Cortes de Cádiz derogaron todos los derechos jurisdiccionales, y así el Monasterio quedó privado de todos sus privilegios.
Durante la guerra de la Independencia el Monasterio se convirtió en hospital, y en el 1812 es ocupado por los franceses, hasta 1814 en que se reestablece la comunidad religiosa.
La decadencia absoluta sobrevino a partir de 1835 cuando los procesos desamortizadores determinaron la venta del monasterio, con la exclaustración y consiguiente abandono de los monjes, así como con la progresiva enajenación y dispersión de sus bienes patrimoniales.
Largas décadas de ruina, incuria y expolio se abatieron sobre un entorno que, degradado y convertido en explotación agropecuaria, vería como la mayor parte de sus edificios serían derribados y sus restos usados como material de construcción, cuando no en trofeo de coleccionista, tal y como ocurrió con el sobreclaustro gótico del palacio del abad.
Adquirido finalmente por la Generalitat Valenciana en 1991 por 231 millones de pesetas y puesto bajo la gestión directa de la Consellería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, el conjunto monástico y su entorno han venido siendo objeto a lo largo de los últimos años de una intensa rehabilitación integral en la que la confluencia y coordinación de diferentes disciplinas (arquitectura, arqueología, historia del arte, museología, restauración patrimonial…) continua operando a favor de una mayor y más acertada consecución del Monasterio de la Valldigna como lo que es y aspira a seguir siendo, un bien cultural abierto por completo a la ciudadanía valenciana y, en general, a quien quiera acercarse a conocer una parte importante de la historia, un legado patrimonial y una identidad como pueblo.
Está situado al pie de la Mola del Toro en la Comarca de La Safor. El plan director de la obra de recuperación del monasterio ha corrido a cargo del arquitecto Salvador Vila. El 3 de junio de 1998 fue declarado Bien de Interés Cultural. En la actualidad la iglesia se encuentra desacralizada y por lo tanto no tiene culto religioso.
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