Portmán es la pedanía costera del municipio de La Unión. Fundada por los Romanos en el siglo I d.C., con el nombre de Portus Magnus (Puerto Grande), fue uno de los tres puertos españoles del Mediterráneo, en que recalaban los barcos romanos para cargar el mineral de plata, plomo y cobre.

En tiempos de los árabes se le llamó Buut-man, más tarde Alfonso X el Sabio le llamo Bortman-A-Cabir. En 1860 se separó del municipio de Cartagena para integrarse en lo que después sería el Municipio de La Unión.

Desde el final de la época romana se experimentó una decadencia en la actividad minera, que volvió a resurgir en el siglo XIX, así que multitud de inmigrantes fueron atraídos hasta Portmán para la reanudación de la minería a cielo abierto en 1945 y para la creación del Lavadero Roberto en 1957, actividades que desencadenarían con el paso de los años el vertido de miles de toneladas de estériles a la preciosa Bahía de Portmán dejando tras de sí uno de los mayores daños al Medio Ambiente que se recuerdan por estas tierras. Allí quedaron metales pesados, en esa bahía que siglos atrás era puerto de galeras romanas. En 1992 cesaría definitivamente la actividad minera.

En la actualidad, Portmán se ha convertido en una población que, a pesar de la gran catástrofe sufrida en su Bahía, busca y está dispuesta a conseguir nuevos horizontes. En este sentido se puede destacar el proyecto de la total regeneración de la Bahía, proyecto que lleva muchos años en marcha y que parece no ver su fin ya que se reanuda y paraliza de igual forma.

La Bahía de Portmán es un lugar especial, un lugar del que aprender en familia o en pareja a disfrutar de un paraje único, uno de los lugares con el atardecer más bonito de la región desde El Faro de su Bahía, un lugar donde conviene ahondar en la historia y aprender cómo la mano del hombre ha ido arañando la tierra para sacar los tesoros que bajo ella había hasta casi su completa destrucción.

Adentrarse por la carretera es casi fantasmal en algunos lugares, como de otro planeta, es como abrir un antiguo álbum fotográfico sobre la minería y su historia, encontrando a ambos lados estructuras que sirvieron entonces como edificios para la minería, canteras olvidadas con una paleta de colores difícil de describir, tan bonitos y a la vez tan tóxicos, contraste de colores rojizos y ocres, marrones tostados y acaramelados de la tierra, así como el inmenso azul del mar que nos recibe cuando llegas a las partes más altas de la carretera.

De aquel Portus Magnus, sólo queda la esencia de lo que en un tiempo llegó a ser. Desde su pequeño puerto de barcos de pesca, todavía puedes sentir esa esencia y la belleza del entorno además te hace pararte a pensar en la importancia de trasladar al mundo el valor de la Tierra y de la Naturaleza, de preservar esa vida que pese a la acción del hombre todavía habita allí y se abre paso.

En el pueblo nos alojamos en el Hotel Portman donde Paco y Miguel Angel nos atienden. Todas las cenas las hicimos en Los Tres Pacos donde recomendamos sus famosos calamares, sin olvidar Casa Cegarra para comer su famoso caldero. Es un hotel singular, no vas a encontrar una atención tan cuidada en ninguna otra parte. Recomendable en cuanto a precio/calidad/atención en un 10.

La sabina mora y los pinares de pino carraco, junto con el palmito, nos regalan un paisaje fantástico hacia el Faro de Portman que se encuentra junto a los restos de una antigua batería militar de costa llamada La Chapa, de principios del siglo XX que nos recibe con unas espectaculares escaleras de piedra y unos pabellones y zonas que por su deterioro aconsejan no acceder en muchas áreas. Oficialmente fue denominada C-8 dejando de estar en servicio en 1993 y desartillada al año siguiente. Fue construida entre los años 1929 y 1933 dentro del Plan de Defensa de 1926, llamado también Plan Primo de Rivera, al igual que la Batería de Cenizas y otras que tuvieron un importante papel durante la Guerra Civil protegiendo ante los posibles desembarcos de las tropas nacionales en la Bahía de Portmán. Estaba artillada con 4 cañones Vickers de 15,24 cm. modelo 1923.

De allí exploramos la zona de la montaña en la que se encuentra y tomamos el camino hacia la Batería de Cenizas. La vegetación que allí hay es como un reclamo de la propia Naturaleza por sobrevivir donde se impone la belleza del terreno con unas espectaculares vistas sobre el mar.

El camino tiene tramos duros, pero vale la pena, porque quisimos hacerlo por la costa. Hay otro camino que te lleva por una pista forestal sin ninguna dificultad. Arriba, la vista es espectacular. La Batería de Cenizas se construyó en 1930 y su denominación oficial es C-9 dejando de estar en servicio en el año 1994. Al subir por otro camino de lejos algo nos llama la atención. No cuadra para nada ¿qué es eso? Se trata de una fachada impresionante inspirada en el pórtico de entrada del Templo de los Guerreros Blancos en Chithén Itzá en Yucatán, de la antigua cultura tolteca. Son dos enormes serpientes de cascabel que soportaban el dintel del pórtico, te llama la atención. También la garita de acceso que tiene forma de proyectil.

Las edificaciones militares, pabellones, pozos, galerías y almacenes están protegidas por la Ley de Patrimonio Histórico Español y son un magnífico ejemplo de arquitectura militar. Pero la joya de la corona son los cañones de defensa Vickers modelo 1923. Dos cañones de acero con un calibre de 381/45mm, 18 metros de longitud, 88 toneladas de peso y un alcance de 35 km. Es impresionante ver el tamaño, tienen tal magnitud que ahí se quedaron.

En este Mirador de las Cenizas no puedes tener un enclave mejor para disfrutar de las vistas que te ofrece el Parque Natural de Calblanque, el Monte de las Cenizas y la Peña del Águila. Unas maravillosas panorámicas del litoral que van, desde el Mar Menor y La Manga, pasando por Cabo de Palos, hasta las maravillosas playas de Calblanque, continuando con la abrupta costa de acantilados entre La Unión y Escombreras, dirección a Cartagena.

En este artículo y esta escapada me gustaría concienciar a todos sobre el entorno más inmediato y la necesidad de cuidar algo tan preciado como es la Naturaleza. Portman es un lugar que hay que visitar, un lugar del que no te vas a olvidar.

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