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Sant Joan de Boí

Iglesia de Sant Joan de Boí

Sant Joan de Boí, es una de las iglesias de la Vall de Boí, un precioso valle formado por ocho núcleos de población con un encanto especial, rodeados de Naturaleza.

Las ocho poblaciones de montaña conservan su arquitectura tradicional con sus calles estrechas adoquinadas, algunas muy empinadas y sus casas de piedra, madera y pizarra, que en primavera y verano se llenan de flores que al contraste con la piedra hace resaltar sus colores.

El atractivo arquitectónico y estético de estas poblaciones se debe a que han sabido conservar la tipología medieval, con núcleos auténticos que han preservado su esencia original, con elementos decorativos y diseños típicos locales, a la vez que han salvaguardado el entorno natural que los rodea, tanto en las poblaciones del fondo del valle con verdes prados alrededor del río, como en los pueblos más elevados, que nos dan la oportunidad de ver el excelente paisaje que los rodea.

El valle de Boí es uno de los territorios del Pirineo catalán donde se ha conservado más arte románico, evidencia de la importancia de este lugar durante la Edad Media y también por el aislamiento de este valle que evitó su desaparición. Está considerado un municipio de la comarca de la Alta Ribagorça en la provincia de Lleida.

Iglesia de Sant Joan de Boí

Uno de los puntos más importantes del Valle son sus iglesias románicas, testimonio presente del periodo románico en Cataluña. El 30 de noviembre del año 2.000 el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO aprueba la inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, a las ‘Iglesias románicas catalanas de la Vall de Boí’, al satisfacer, dos de los diez criterios de selección (mínimo han de cumplir uno de los diez criterios):

  • Criterio (II): El importante desarrollo del arte y de la arquitectura románica de las iglesias del Valle de Boí es el testimonio de los profundos intercambios interculturales en la Europa medieval y en particular a través de la barrera montañosa de los Pirineos.
  • Criterio (IV): Las iglesias del Valle de Boí son un ejemplo particularmente puro y homogéneo del arte románico en un paisaje rural mantenido prácticamente intacto.

El conjunto románico de la Vall de Boí está formado por las ocho iglesias de: Sant Climent y Santa Maria de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia d’Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Nativitat de Durro, Santa Maria de Cardet, la Assumpció de Cóll y la ermita de Sant Quirc de Durro.

Boí

Después de esta pequeña introducción para situarnos, y antes de hablar de esta iglesia, haremos una breve descripción de este precioso pueblo del Pirineo, Boí, a un altitud de 1.265 m. Esta población se cree que recibe el nombre del valle por ocupar un lugar intermedio entre Caldes de Boí, Erill la Vall y Taüll. El nombre que lleva la plaza, Treio, del latín Trivium (tres caminos) hace pensar en Boí como un cruce de caminos importante ya en la época romana.

Boí es el punto de partida para uno de los dos accesos al único parque nacional de Catalunya, el Parque Nacional d’Aigüestortes y Estany de Sant Maurici y donde se encuentra la Casa del Parque, donde te darán la información que precises.

Boí

El castillo, la muralla, el puente medieval sobre el río San Martí y la iglesia románica de Sant Joan indican que la población tuvo su importancia durante la época medieval.

La iglesia de Sant Joan de Boí

Esta es la iglesia que conserva el mayor número de elementos arquitectónicos del primer momento constructivo que se produce en la Vall de Boí, en el siglo XI. De planta basilical, al igual que Sant Climent y Santa María, destaca por el conjunto de pinturas murales que decoraban el exterior y el interior de las naves con escenas como la lapidación de San Esteban, Los Juglares o el Bestiario, que en la actualidad están reproducidas tanto en el interior de la iglesia como en el exterior.

La Sala 02 del Museu Nacional d’Art de Catalunya conserva las pinturas originales. Las que vemos son de cuando se realizó la última restauración, tomando el aspecto lo más parecido que debía tener en el siglo XII, se enfoscó el interior y se hicieron copias de todos los fragmentos de pintura mural que actualmente conservan en el MNAC. Aquí es donde mejor se puede entender la función que desempeñaban las pinturas y cuál era el aspecto original de estas iglesias.

Cementerio de Sant Joan de Boí

Sant Joan de Boí, como la mayoría de iglesias románicas, está orientada hacia el este, es por donde sale el sol, ‘Sol salutis’, por donde Cristo nos ilumina. Presenta planta basilical con tres naves que, originariamente, estaban encabezadas por tres ábsides. El ábside central en las reformas de los siglos XVII y XVIII fue destruido y transformado en sacristía. En la actualidad conserva sólo los laterales, y la parte sur que también fue destruida en las misma reformas fue rehecha en los años 70 del siglo XX.

El campanario es de planta cuadrada, adosado a la nave sur cerca de la cabecera de la iglesia. Aunque vemos tres plantas, sólo las dos primeras son de época románica, la superior corresponde a un sobrealzado de época moderna. Cada quince minutos, sus campanas dan fe del paso del tiempo, así que Víctor te avisa para cuando subas, que no te pillen desprevenido su toque.

En todas estas iglesias llama la atención el cementerio. Un pequeño muro de mampostería nos recibe en ese halo medieval que fluye por toda la población, en ese terreno que se adapta a lo escarpado de su orografía, formando en la pequeña pendiente una alfombra de verdor que acoge y abriga a las almas que allí habitan. Aquí no tienen cabida los nichos, en su lugar encuentras tímidas estelas funerarias que emergen desde la misma tierra en forma de lápidas o cruces. Algunas de piedra y mármol, otras sencillos pero bellos trabajos de reja, muy común a mediados del siglo XX. En la Edad Media, con una sociedad muy jerarquizada, el lugar que ocupaba la tumba en el cementerio estaba directamente relacionado con la posición social del difunto. Hoy en día para que puedas ser allí enterrado hay unas premisas en torno a generaciones que debes cumplir.

En el muro de la iglesia quedan claros vestigios de que tenía un revoque (estaba repintado, enlucido) que cubría la mampostería y uniformizaba los muros, ya que están construidos con sillares irregulares pertenecientes a diferentes etapas constructivas.

Puerta románica cubierta en Sant Joan de Boi

La puerta románica, cubierta, está decorada con unas pinturas murales que representan una Teofanía; en el centro un Crismón sostenido por cuatro ángeles, además del sol, la luna y un grupo de personas de las cuales una es un profeta o un evangelista, ya que sostiene un libro. La teofanía es una aparición o manifestación de un dios o de Dios al hombre.

El interior de la iglesia es un conjunto cohesionado donde la pintura, la escultura y la arquitectura están perfectamente relacionadas, como una obra coral. La cubierta se articula con un sistema de cerchas (arcos) de madera que reposa sobre columnas redondas que separan las tres naves.

Un rico programa iconográfico descubrimos en su interior, posiblemente con la intención de transmitir los dogmas morales cristianos. Entre las representaciones podemos distinguir las que pertenecen al universo celestial o al terrenal, con un bestiario.

También en la nave norte, vemos la lapidación de San Esteban, que de rodillas, reza mientras algunas personas le lanzan piedras. Arriba aparece la mano de Dios que, con un rayo de luz, ilumina al santo.

Interior de la Iglesia de Sant Joan de Boí

La escena de juglaría la componen una representación de juglares, un malabarista colgado cabeza abajo, un equilibrista y un sonador de salterio, ataviados con zapatos con cascabeles y vestimentas alegres y coloridas. Esta escena sorprende en un contexto religioso pero que quizá alude a las celebraciones vinculadas a la consagración del templo.

En el suroeste de la iglesia encontramos una bestia que se describe en la Apocalipsis, el dragón de siete cabezas y diez cuernos del juicio final.

En el intradós de la segunda columna de la nave sur encontramos una figura masculina, el pecador, que está tocándose el sexo y presenta ciertos problemas físicos. Estos defectos físicos y de comportamiento simbolizan los defectos morales.

En el tímpano de la puerta norte encontramos un gallo que con su canto cuando cada día da comienzo, simboliza la resurrección. Con él nos despedimos de esta preciosa joya del románico catalán. Es una preciosa vista, en especial al atardecer desde la terraza del Hotel Pey, un buen lugar para alojarse. Mañana la ruta baja de San Nicolau.

Galería de imágenes de Boí y su Iglesia de Sant Joan

Mª Carmen Izquierdo
Mª Carmen Izquierdo
Administración de Condelmed, S.L., empresa de Marketing y Comunicación especializada en Internet. Diseño - Programación Web y Marketing SEO - SEM - Elaboración y gestión de contenidos.

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