Busot es un pueblo de origen morisco con mucha historia y encanto, situado en el interior de la provincia de Alicante. Exactamente a 4,7 km de su centro urbano, encontramos un tesoro natural al que se puede acceder: Las Cuevas del Canelobre, emplazadas a 700 metros de altitud en la ladera septentrional de la sierra Cabeçó D’Or, uno de los escasos relieves jurásicos del Prebético en la provincia, dentro de la zona externa de la Cordillera Bética.
Accedemos a su interior en un recorrido guiado por la sala visitable, donde los guías te acompañan y trasmiten la información relacionada con su formación, uso, descubrimiento, etc.
Estas cuevas se desarrollaron por la acción de la disolución química de la roca caliza debido al flujo de aguas subterráneas a lo largo de un período geológico extenso. Las Cuevas del Canelobre, son un complejo kárstico formado en roca caliza del Jurásico Superior, donde se han explorado 800 metros. La morfología de las cuevas muestra evidencia de procesos de erosión y sedimentación, con la presencia de derrumbes y depósitos de sedimentos arcillosos y guijarros en varias áreas.
El descubrimiento de esta cueva se le atribuye a los árabes, allá por el siglo X, aunque digamos que esta cavidad se conoce prácticamente en el siglo XIX durante la contienda de la Guerra Civil cuando el Ejercito Republicano perforó el actual túnel de acceso a la cavidad, y construyó en su interior varias plataformas para poder reparar sus aviones, plataformas que dejaron su huella visible hoy en día. Las cuevas no se abrieron al público hasta pasada la mitad del siglo XX.
En estas cuevas se encuentra la bóveda más alta de España, con una altura de 70 metros, y son un magnífico ejemplo de cavidad kárstica. En su interior más de 80.000 m2 donde la roca y el agua han esculpido impresionantes formas de estalactitas, estalagmitas, columnas, cascadas pétreas, microgours…, entre otros fenómenos, resultado de la precipitación de minerales como el carbonato de calcio.
Cuando nos adentramos lo hacemos sobre una de las plataformas que se crearon en su día, la cual nos ofrece una visión central de la inmensidad que nos acoge. Toda la cueva está iluminada cuidadosamente para resaltar los detalles de las formaciones, haciendo que sea para los visitantes, una atracción destacable.
Conforme bajas por las pasarelas dispuestas para un desplazamiento seguro puedes ir descubriendo diferentes figuras y elementos. Aquí cada uno echa su imaginación a volar.
Si que hay que destacar una formación geológica, sería ‘La Sagrada Familia’, donde destaca una columna rocosa de más de 25 metros de altura. Aquí según la imaginación de cada visitante la interpretación puede variar. A unos lo primero que se viene a la cabeza es la Sagrada Familia de Gaudí, otros la composición de estalactitas y estalagmitas que se han fusionado les evoca la imagen de ‘La Sagrada Familia’ compuesta por figuras que parecen representar a José, María y el niño Jesús.
Otra de las formaciones destacables es ‘El Canelobre’, de la cual esta cueva toma su nombre. Es una gran estalagmita en el centro de la sala que se dice que tiene una antigüedad de 100.000 años.
Esta joya de la naturaleza es destino ideal para los amantes de los deportes de aventura, ya que tiene una zona habilitada para la práctica de la espeleología.
A lo largo del año y debido a la excelente acústica de la sala, la cueva también se utiliza ocasionalmente como escenario para eventos musicales y culturales. Su magnífica acústica y el contraste de efectos visuales e iluminación deben proporcionar una experiencia única.
De allí se puede disfrutar de la gastronomía y las playas de El Campello y visitar el yacimiento arqueológico de La Illeta dels Banyets, del que hablaremos en otro post.
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