Iniciamos este itinerario con un recorrido circular sumergidos en un entorno forestal singular. Se trata del Bosque Pintado de Poblet, situado cerca del barranco de Castellfollit, en La Conca de Barberà.
Comenzamos con tranquilidad desde la casa forestal de Castellfollit, el itinerario micológico, sin prisa, cada uno a su marcha disfrutando de una caminata por un bosque espectacular lleno de naturaleza que disfrutamos de muchas maneras diferentes: escuchando, mirando, sintiendo, respirando, tocando y en especial compartiendo con los amigos que nos acompañaban.
De la casa forestal de Castellfollit de estilo modernista, sabemos que se construyó a principio del siglo XX para que hicieran uso de ella el personal que ejecutó los trabajos de restauración del Bosque de Poblet, incluido en el catálogo de utilidad pública.
Este itinerario trascurre por bosques de pinos, pino silvestre, roble pubescente, encina, y muchas otras especies: serbales, tilos, avellanos, acebos, arces y algún tejo. Destaca la madurez de algunos árboles y la sobrecogedora presencia de madera muerta, tanto en pie como tumbada. También encontramos zonas gestionadas para que el bosque mejore en calidad.
A lo largo del camino van apareciendo diversas setas pintadas en los árboles que solamente se pueden ver si nos colocamos en la visual correcta que nos indican, igual que en el Bosque Encantado de Oma. En este caso han sido pintadas por el artista Genís Colell. Un cartel nos indica la gran diversidad de ‘bolets’ (más de 700 especies) que alberga el Bosc de Poblet y la importancia de preservar entre todos este valioso patrimonio natural.
Subimos una gran cuesta entre Pinus nigra centenarios y pinos rojos (Pinus sylvestris) y pronto llegamos a la primera seta pintada: La Ramaria aurea, conocida también como coliflor, pie de rata amarillo, maneta. Se trata de una seta comestible que hay que cocinar muy bien. No debemos confundirla con la borde que presenta las ramificaciones de color rosa, ya que esta es purgante.
La segunda que encontramos es una seta mortal: Amanita phalloides, también conocida como oronja verde, canaleja, farinera borda, farinot, hongo de la muerte, oronja mortal y cicuta verde. Es una de las setas tóxicas más peligrosas del mundo.
La tercera que encontramos: La Tricholoma terreum, vulgarmente llamada negrilla o fredolic es comestible y se puede confundir con la Tricholoma pardinum, muy tóxica. Es uno de los hongos que habitualmente recolectamos en nuestros paseos otoñales por los bosques bajo los pinos en terrenos calcáreos.
La cuarta que encontramos es la Amanita caesarea, la reina de las setas, conocida comúnmente como oronja, amanita de los césares, huevo de rey o yema de huevo, es una de las setas con más alto valor culinario. Dicen que es una seta con un sabor delicado y que no debemos dejar de probar un buen carpaccio de ella con unas gotas de aceite, todo un manjar de césares.
Sí, después de ver el cuarto ‘bolet’ pintado en los árboles y ver que el quinto y sexto tardaban en aparecer y subíamos, subíamos, pensamos que sin quererlo habíamos escogido el recorrido largo. Ello nos sirvió para descansar y degustar unas ricas galletas de mantequilla que habíamos horneado la tarde anterior mientras una avanzadilla comprobaba que íbamos por el camino largo, pero correcto. Así fue.
Bajando pasamos por un Aula de Transferencia Forestal. En concreto la de Castellfollit. Estas son espacios creados para debatir sobre silvicultura y para la formación de profesionales forestales, estudiantes y público en general. Están ubicadas en diferentes bosques y territorios de Catalunya en función de los diferentes retos a que se enfrentan, en el contexto del cambio climático.
Encontramos otra seta, la número 5: Chlorophyllum rhacodes, también comestible cocinada y conocida vulgarmente como parasol, apagallums o paloma. Habita tanto en bosques de coníferas como de frondosas.
Y unos metros más adelante la número 6: De nombre científico Lactarius deliciosus, es un hongo comestible delicioso a la plancha, muy común en España que suele crecer en pinares y bosques mixtos. Es conocida con diferentes nombres como níscalo, mízcalo, rebollón o robellón, rovelló, esclatasang.
Llegamos a nuestro punto de partida, el área de picnic y juegos que hay junto a la Caseta Forestal… ha sido una caminata dura para los que ya tienen sus años, caminata intensa en la que nos llevamos un muy gratificante ‘baño de bosque’ que nos quita todos los males… y es que la Naturaleza… es sabia. Nos vamos a comer… y no serán setas, no es temporada. Recordemos que todas las setas son comestibles, que dice un amigo nuestro, todas comestibles, al menos una vez.
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