Para despedir el año 2015 y dar la bienvenida al 2016, nos adentramos en la Comarca de Gúdar, exactamente en la localidad de Valbona, en casa de unos amigos, así que buena compañía, chimenea, buena gastronomía, tiempo estupendo, parajes preciosos… qué más se puede pedir. Sí, reconozco que todo un privilegio.
Antes de hablar de Valbona, conozcamos un poco lo que es la Sierra de Gúdar. Decir que Valbona pertenece a la comarca de Gúdar, que se extiende en torno al macizo montañoso del mismo nombre. La cumbre más alta es el pico Peñarroya de 2.028 m, este es el que alcanza la mayor altura de Teruel. A partir de él y de forma radial se articula todo un intrincado sistema de serranías y de valles fluviales donde encontramos establecidas a la mayor parte de las poblaciones de la comarca. En ella nacen los ríos del Guadalope, Mijares, Linares y Alfambra.
Una de las grandes constantes de esta comarca, y no nos equivocamos al afirmarlo, es la montaña. Su difícil orografía, hizo desde antaño una difícil comunicación entre las distintas poblaciones, pero ello en la actualidad representa un valioso recurso natural y ambiental dotado de un gran potencial turístico.
Sí, la naturaleza es uno de los rasgos que más personaliza a esta tierra, pero no hay que olvidar su otra seña de identidad: su rico patrimonio edificado. Este debe su origen al proceso de repoblación y ocupación del territorio que se llevó a cabo en la Edad Media, alrededor de las pequeñas villas amuralladas como Linares, Mora, Rubielos…, y a la multitud de ‘mases’ (edificaciones tradicionales de uso agrícola) que colonizaron las zonas más agrestes de la sierra.
Cuando recorres la Sierra de Gúdar no dejas de descubrir multitud de parajes y monumentos que sustentan la fuerte personalidad y coherencia de la zona: desde rincones y panorámicas de gran belleza paisajística, hasta cientos de ‘mases’ condenados a la ruina y el abandono, de los que tan sólo sobreviven unos pocos que se resisten a dejar una forma de vida centenaria y, sobre todo, un importante legado monumental visible en cada una de las poblaciones de la sierra.
Valbona, la población
En esta Sierra de Gúdar localizamos Valbona, población turolense que no llega a los 200 habitantes, a orillas del río con su mismo nombre. Su nombre ya nos dice el tipo de lugar en el que nos encontramos, un valle benigno que se halla a 949 metros sobre el nivel del mar.
Su territorio es llano, suavemente surcado por los ríos Mijares y Alcalá, puesto que todo él se inscribe en la depresión central que separa las sierras de Gúdar y Javalambre. La perspectiva la dominan los cultivos, aunque también abundan los carrascales, sabinares y preciosos enebrales e incluso algún pinar donde la procesionaria en nuestra visita había hecho estragos.
Esta pequeña villa de Valbona, tiene sus orígenes en la Edad Media, de cuyo pasado sólo se conserva un pasaje con arco que correspondería a un antiguo portal de la muralla que protegía a la población de los ataques enemigos. En dirección al embalse de Ibáñez Martín se encuentra la ermita barroca porticada de la Virgen de Loreto, del siglo XVI, recientemente restaurada. Enfrente mismo la iglesia barroca de San Antonio Abad, del siglo XVI, y sobre un cerro a cierta distancia de la población la ermita de San Cristóbal, donde por cierto casi nos congelamos… qué frío, por el fuerte viento que soplaba allí en lo alto.
Aunque para nosotros, sin duda, el elemento más atractivo fue el agua y el poder disfrutar de su paisaje y de su naturaleza. Junto al pueblo, varios senderos que discurren a orillas del río. A una parte, pasamos por el Molino del Pino que nos lleva a la arboleda de chopos del merendero de la Fuente del Conejo. A la otra, un sendero que nos da la opción de ir a los saltos de agua. El primero de ellos el Azud de la Luz, un paraje natural con un pequeño salto de agua que ha creado una profunda poza, donde con precaución es ideal para el baño. Ahí nos quedamos, dejamos a dos kilómetros el otro Azud, el de Los Piquillos para otra ocasión.
El atractivo natural más sobresaliente de Valbona lo constituye su embalse, de Ibáñez Martín o de Valbona, sobre el río Alcalá, donde se puede pasar un agradable día en su área recreativa y en la práctica de un montón de actividades recreativas.
Iremos descubriendo poco a poco y con detenimiento toda esta comarca de Gúdar y la de Jabalambre, tan cerquita de Valencia. Y es que como dicen por ahí… TERUEL también existe y es preciosa. ¡FELIZ 2016!
Mª Carmen Izquierdo
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