El FotoLibro Guerreros sigue dejándose ‘oír’ tras su edición y en este caso lo hace desde las ondas de la emisora municipal de Picassent Radio L’Om.
Recientemente, Salva Soria nos realizó una entrevista junto a mi amigo Francisco Ponce en calidad de coautor de Guerreros. Podemos decir que esta es la continuación de la que se me realizó hace casi un año (El fotolibro y el viejo Olmo de Picassent), en la que este libro sólo era una idea muy avanzada pero que maduró y mucho durante los siguientes meses.
Salva quiso enfocar la entrevista en formato coloquio en las el autor de las fotografías y el de los textos literarios, comentasen la historia de Guerreros desde sus diferentes áreas de participación.
Por mi parte, la intención de este FotoLibro era abordar un proyecto lleno de retos que me permitiese jugar a vencerlos, con el objetivo de llegar a la edición de un producto editorial que no terminase con su creación física, sino que una vez en manos del lector, este cogiese el testigo y seguir llevándolo tan lejos como su imaginación diese de sí.
Mi parcela, además de la idea, era la parte fotográfica y para ello elegí el árbol como protagonista. De hecho el título Guerreros hace referencia a su actitud guerrera ante las inclemencias del tiempo y adversidades que deben afrontar para vivir durante tantos años.
El formato de 16 por 16 centímetros suponía un primer reto… un árbol tiende a fotografiarse vertical cuando está aislado u horizontal cuando se encuentra en arboleda o bosque. Las fotografías debían funcionar en formato cuadrado y esto limitaba la elección.
Otro reto impuesto es que todas las fotografías debían de trasmitir emociones. No debían ser simplemente fruto de un ‘clic fotográfico’ sin más. La relación entre mi mirada a través de la cámara y la ‘expresión el árbol modelo’ debían mantener una complicidad pactada. También, estas fotografías no debían ser técnicamente complicadas ya que mi intención era animar a todos los lectores a que también podían jugar a lo mismo: captar lo no evidente… a mirar más allá del conjunto.
Por parte de Francisco Ponce… la verdad es que creo que he abusado de su amistad. Una vez elegidas las fotografías, se las mandé simplemente enumeradas… si títulos ni comentarios que pudieses ‘contaminar’ su participación. El reto que le propuse era que tras recibirlas, escribirese sobre cada una de ellas un texto literario basado en aquello que les trasmitiesen. No debía describirlas… simplemente poner en negro sobre blanco sus sensaciones motivadas por estas imágenes.
La verdad es que no se qué sensaciones se tiene cuando le toca la lotería a uno (quizás debo empezar a comprar), pero cada vez que recibía uno de sus e-mails me producía un cúmulo de sensaciones brutales: leer su ‘traducción de la imagen’ me hace reinterpretarla a la ver que me invita a seguir su juego.
La conjunción de una expresión gráfica y literaria en complicidad pactada, creo que nos ha permitido el estar orgullosos ante un producto editorial como es este FotoLibro Guerreros. Por cierto, destacar que la edición del libro Guerreros ha sido brillantemente editado por Pentagraf editores.
Para no alargarme, os doy la opción de poder escuchar la entrevista. Quien esté interesado que le dé al play.
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