Es el comienzo de la primavera y en nuestro paseo nos acompañan los cantos de los pájaros y el murmullo de un agua cristalina. También disfrutamos de la luz que se filtra entre las hayas y demás árboles todavía desnudos sobre un suelo ocre alfombrado con su follaje otoñal. Sentimos ese aroma especial a naturaleza en uno de los enclaves más espectaculares de Navarra: La Reserva Natural del Nacedero del río Urederra.
El nacedero es la forma coloquial de llamar al manantial donde nace el río Urederra (agua bonita en euskera). El entorno es un rincón de cuento de hadas donde se suceden cascadas y numerosas pozas con aguas de un vistoso color azul turquesa, más intenso en verano, un color poco habitual en los innumerables ríos de la península.
El agua del río Urederra, surge desde las entrañas del Farallón Calizo del Balcón de Ubaba, también conocido como de «Balcón de Pilatos». Es la salida natural y mayoritaria del importante acuífero formado por el macizo kárstico de Urbasa. Se produce en la pared, casi cortada, del extremo NO del término de Baquedano, a unos 710 metros de altitud frente a los más de 900 que alcanza la cresta superior de dicha pared. El Nacedero, llamado antiguamente Ubagoa (boca del agua), tiene un caudal por segundo de 4.000 litros en promedio anual, pudiendo alcanzar en momentos de fuertes lluvias los 50.000 litros, así como reducirse a 300 litros durante el periodo estival.
La notoriedad del conjunto y la rica comunidad vegetal y animal del paraje justificaron su calificación como Reserva Natural en 1987. Incluida en el Parque Natural de Urbasa y Andía, forma parte de la red de Espacios Protegidos de Navarra por la riqueza de sus valores medioambientales.
La Reserva Natural del Nacedero del Urederra forma parte del L.I.C. (Lugar de Importancia Comunitaria) Ríos Ega-Urederra, espacio propuesto por el Gobierno de Navarra para formar parte de la Red Natura 2000 por su importancia para la biodiversidad de la Comunidad Foral. Comprende una superficie de 119 hectáreas. El río recorre 19 kilómetros hasta confundir sus aguas con las del Ega, afluente tributario del río Ebro.
La vegetación dominante es un hayedo calcícola, acompañado por un espléndido bosque de ribera. La variedad arbórea y arbustiva, así como la diversidad de la flora es muy destacable, pudiendo identificarse en un reducido espacio tilos, robles, serbales, arces, hayas, fresnos, olmos, temblones, sauces, avellanos, espinos, boj y enebros, entre otras especies.
En una historia escrita por un gran caminante cuyo nombre no recuerdo, leí que alejarte de los caminos y adentrarse en un bosque es entrar en un espacio diferente donde los árboles te rodean, se ciernen sobre ti, te presionan por todos lados, te bloquean las vistas, y te dejan desorientado y sin referencias. Un bosque hace que te sientas pequeño, confuso y vulnerable, como un niño pequeño perdido entre una multitud de piernas extrañas. Si estás en un desierto o en una pradera, sabes que estás en un gran espacio amplio, pero cuando entras en un bosque… sólo lo sientes. Son lugares vastos, homogéneos y desconocidos. Y están vivos por supuesto.
Dicen en el folleto que es destacable la comunidad de aves rupícolas, siendo fácilmente observables buitres, alimoches, halcones, cernícalos, chovas y vencejos. Abundan los paseriformes, como el mirlo acuático, los carboneros, herrerillos y pinzones, y así es, no diré que los ví todos, ya me hubiera gustado, así como poder identificar a los que oía y vi.
Tampoco faltan los mamíferos, como el gato montés, la garduña, el tejón o el jabalí,… de ellos ni rastro.
El Nacedero del Urederra es un paraje de espectacular belleza y gran riqueza de valores naturales por lo que se ha convertido en uno de los lugares de Navarra que recibe mayor número de visitantes cada año.
Esta elevada afluencia de visitantes supone un fuerte impacto sobre el medio y provoca afecciones importantes tales como fenómenos erosivos, deterioro y compactación del suelo y daños en la vegetación.
Con el objetivo de minimizar estos impactos, el aforo del Nacedero del Urederra se ha limitado a 450 personas a la vez, por lo que es necesario reservar plaza bien de forma on line o retirando las entradas en el aparcamiento de Baquedano.
Se han realizado también trabajos de restauración, saneamiento del sendero y colocación de vallados, escaleras, plataformas y señales. De esta forma se disminuye la erosión y compactación en el sendero, se limita el acceso a las zonas más degradadas para facilitar su recuperación, se reconduce a los visitantes por aquellos puntos en que las afecciones son menores y a su vez se reduce el peligro de caídas.
El sendero sale del aparcamiento situado en la entrada a la población de Baquedano, es de escasa dificultad, 5,3 kilómetros de longitud (ida y vuelta) con un desnivel de 200 metros. Recorre el curso del río en sentido contrario finalizando en el bello nacedero. El recorrido, está todo señalizado mediante balizas. Una vez tomada la pista forestal y tras pasar la barrera el camino se bifurca. Es mejor tomar a la ida la senda de la izquierda, que discurre más cercana al río, y volver por el camino del este, un poco más elevado.
Es un lugar ideal para pasar el día completo, para ir despacito, dando a cada rincón el tiempo que merece, a las pozas, las cascadas, las cortinas de agua, admirando y disfrutando a cada paso de ese espeso bosque de hayas, donde destacan algunos ejemplares espectaculares que agradecen tu visita. Así que para que todos podamos seguir disfrutando del Nacedero de Urederra es imprescindible respetar la Normativa de la Reserva, realizar la visita únicamente por el sendero habilitado y conservar en buen estado los vallados, escaleras, señales, etc…
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