Este año 2020, está siendo atípico en muchas cosas, y no voy hablar del Covid 19 que hace que estemos la mayoría del mundo confinados en casa. Aunque la verdad es que si después de que esto pase, y ya tenemos una semana menos, se materializaran todos los comentarios, iniciativas, etc. en torno a la armonía de la sociedad, dejando libertad al margen en muchas cosas, sería maravilloso, pero todas esas cosas se olvidarán y volveremos a lo de siempre, aunque tengo la esperanza de que algunos si cambiarán a mejor, porque esto sí que nos ha enseñado y mucho, sí eso lo sé.
Y hasta aquí la pequeñísima reflexión sobre el virus, ahora pasemos al ‘Puchero Cumbreño 2020’ que tampoco fue como los demás, aunque cada uno es diferente, pero en este caso celebrábamos además de reunirnos un año más, la jubilación de uno del grupo, la de Lorenzo.
Cada año Lorenzo y Mª Carmen prestan su casa para que nos reunamos alrededor de una mesa generosa, repleta de viandas cumbreñas, en las que no falta el famoso ‘puchero’ que elaboran con ibéricos. Los demás aportamos vinos, cavas, las famosas croquetas de Matías y canapés diversos para que ese día ‘no falte de na’.
Este año nos acompañaron también los hijos de los anfitriones, Ada y Lorenzo con sus parejas Pablo y Eva y algunos personajes literarios que nos amenizaron la velada que resultó muy divertida.
Nos visitaron George Orwell, Virginia Woolf, Cervantes, Santa Teresa de Jesús, una abuelita que pasaba por allí y el ‘personaje’ de Fernando Cuenca ante un público entregado que participó con sus risas, aplausos y regalos. Fue Mª Carmen la que cerró el acto formal leyéndole a Lorenzo unos versos de Mario Bennedetti.
Después Ada sacó su baúl de personajes y todos pasamos por el Photocall para inmortalizar esta reunión, más abajo tenéis el resultado.
Desde estas líneas amigo Lorenzo, la jubilación supone un cambio más en la vida, una nueva condición en las que estaremos algo más de veinte años, vamos a ser optimistas, en los que vamos a empeñarnos en vivir, no hay otra opción.
Has cerrado una etapa laboral que dejas perfectamente capacitado para seguir ejerciéndola, le has dedicado no sé cuántos años y creo que aunque el contacto con los jóvenes te revitalizaba estabas ya saturado, el problema quizás era que tus alumnos eran siempre jóvenes y tú cumplías cada vez más años ¿no?.
Ahora es tiempo para otra de tus pasiones, la literatura. Este adiós hace que puedas dedicar más tiempo a lo que realmente te gusta: escribir. Ya no tienes que regirte a ese horario que el trabajo te marcaba, ahora el tiempo te pertenece y todos estos que te acompañamos en este día y mucha gente más queremos ver y sobre todo leer.
Amigo Lorenzo, dedica tiempo a tus seres queridos, recupera aficiones, valora el tiempo libre, siéntete libre y no se te ocurra llenar tu agenda de tantas ocupaciones que no puedas disfrutar.
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