En esta ocasión me centro en la expedición al río Bohílgues. Sí, digo bien, expedición porque al final hemos sido 26 personas las que salimos juntos a realizar un poco de senderismo.
Como toda expedición que se precie debe contar con un buen ‘equipo de sherpas’. Los mayores pensamos que los hijos podían llegar a ejercer como tales, ‘con orgullo y satisfacción’ que diría el Rey. Pero la verdad, quienes terminaron como tales… fuimos padres y madres.
Hace ya dos años de la última vez que fuimos de excursión por el río Bohílgues y fue por estas mismas fechas. Pero en concreto unos días antes, porque en esta ocasión, las hojas de los chopos y álamos proyectan mucho mejor la entrada del otoño.
Para quienes no recuerden donde se encuentra esta zona, está a pie de la localidad valenciana de Ademuz (España), dentro del término en las estribaciones occidentales de la Sierra de Javalambre, con la característica orografía accidentada y montañosa.
Si nos encontramos en esta ciudad, es recomendable subir hasta su mirador. Hay una vista fantástica, sobre todo al atardecer. Desde allí, podemos ver como cruza el río Turia parte de su término de norte a sur, configurando en sus dos márgenes una amplia y fértil vega que suaviza considerablemente su predominante montañosa.
Precisamente, a pie de la villa de Ademuz, vierte aguas al Turia su afluente, el río Bohílgues. Y aproximadamente desde ese punto comienza nuestra ‘expedición por el río Bohílgues’, en dirección hacia otro interesante pueblo llamado Vallanca.
Esta vez, sin mochilas al hombro (nadie quiso hacer de sherpa) nos pusimos en marcha Paco y Mª Carmen con sus hijos Alejandro y Jorge, Vicente y Maribel con Paula y Mónica, Paco y Amparo con Andrea y Paula, Miguel y Carmen con Sergio y Daniel, Emiliano y Puri con Adrian y Mirella, Toni y Silvia con María y Silvia… y Mª Carmen y yo, sin olvidarnos de Kora… por un día más… mascota de todos, con buen ritmo siguiendo el curso del río Bohílgues.
Recordamos que a lo largo de esta ‘expedición por el río Bohílgues’ se suceden los bancales escalonados de huerta con cultivos de regadío. Son especialmente característicos los nogales y que por supuesto, sus frutos no escaparon a nuestra degustación, sobre todo manzanas y nueces. Pero esta zona fluvial también destaca por su excepcional conservación del hábitat natural. Las orillas del río Bohílgues presentan un interesante y variado abanico de flora con una exuberante vegetación de ribera, salpicada de pozas y cascadas. En la actualidad, el curso del río Bohílgues constituye una microreserva natural de flora protegida.
Como digo al principio, en esta ocasión la vegetación caducifolia estaba en su punto: toda una gama entre verdes y ocres, que acompañada de una climatología que amenazaba lluvia, daba un mayor impacto cromático y emocional.
Tras comer en el merendero habilitado para tal fin, a pié del pueblo de Ademuz y orillas del Turia… y pasárnoslo fenomenal viendo a resguardo cómo llovía, la mayoría comenzaron su vuelta a casa, pero Mª Carmen y yo subimos hasta el mirador de la ciudad… pero eso… lo dejamos para otra historia.
He puesto más imágenes en Flickr: www.flickr.com
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2 Comments
Yuji,
muy divertida la «expedición». Lástima que no se pueda poner todo lo que hicimos y lo bien que lo pasamos.
Firmado: Una de tus cuñadas preferidas
¡Què bueno! Razonables criterios. Manten este criterio es un blog sincero. Tengo que leer màs articulos como este.
Saludos