El Real Monasterio de Santa María de Poblet

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El Real Monasterio de Santa María de Poblet

Real Monasterio de Santa María de Poblet

Conocer con Joan María ‘de extranjis’ el Real Monasterio de Santa María de Poblet, ha sido una experiencia divertida, emocionante, curiosa y enriquecedora. Cuando digo ‘de estranjis’ es porque sin darnos cuenta entramos al monasterio cuando el guardia de seguridad debió ir a alguna parte, así que con la puerta vacía, entramos a un viaje en el que cuando nos dimos cuenta de que ‘nos habíamos colado’ nos trasladó a algunos años atrás y como niños íbamos descubriendo estancias, quizás prohibidas, sin cruzarnos en muchos sitios con nadie. Estancias donde el gran secreto de sus monjes es el sosiego que equilibra la paz interior en unos días en los que el estrés y los mensajes de WhatsApp nos persiguen.

Era un lujo poder pasear por el interior de este impresionante conjunto arquitectónico, uno de los monasterios más grandes de Europa, el más grande de la Ruta del Císter, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1991, que alberga una importante comunidad monástica que mantiene viva la espiritualidad del lugar. Este reconocimiento lo comparte con otros cuatro monasterios de España: el de Guadalupe, el de El Escorial, y los dos monasterios de San Millán de la Cogolla.

Después de disfrutar del entorno forestal del Bosque Pintado de Poblet, situado cerca del barranco de Castellfollit, en La Conca de Barberà, teníamos que pasar por el Monasterio de Santa María de Poblet, estamos a un tiro de piedra, ya que se encuentra situado en la misma comarca, entre las poblaciones de Vimbodí, término municipal al que pertenece, y de L’Espluga de Francolí, resguardado en la vertiente norte de las montañas de Prades.

En la documentación recogida leo que los orígenes de este monasterio cisterciense se remontan a 1149 cuando Ramón Berenguer IV se lo entregó a los monjes cistercienses que provenían de la Abadía de Fontfroide, en Francia. Todos los monasterios de la orden del Císter para su ubicación deben cumplir unas normas: emplazamiento aislado, estar rodeado de terrenos idóneos para la agricultura y disponer de abastecimiento de agua.

Real Monasterio de Santa María de Poblet

Su mayor auge lo tuvo durante el siglo XIV, cuando llegó a albergar hasta 140 monjes, más los hermanos legos que trabajaban para ellos. Fue en esa época, cuando Pedro el Ceremonioso ordenó que el monasterio se convirtiera en Panteón Real en el año 1340, por lo que de esta manera y hasta el siglo XV pasó a albergar los sepulcros de los reyes de Aragón y Condes de Barcelona, en concreto, hasta ocho reyes y tres reinas.

En 1835 el Monasterio de Poblet fue abandonado y expoliado tras la Desamortización de Mendizábal. En 1930, un siglo después comenzó la reconstrucción del monasterio, y tras pasar diez años llegaron los primeros monjes de Italia recuperando la vida monástica haciéndolo resurgir. En la actualidad en el Monasterio de Poblet residen sobre treinta monjes benedictinos. Su encanto arquitectónico, especialmente de sus columnas y vidrieras, y la belleza de su entorno siguen llamando la atención turística.

Desde la distancia ya puedes ver que se trata de un gran recinto monástico. Tras pasar la primera puerta te encuentras con una gran explanada y en ella destaca la Capilla de San Jorge, un pequeño edificio de mediados del siglo XV, del que te llamará la atención su preciosa puerta gótica.

Esta capilla está situada junto al segundo pórtico de un nuevo tramo amurallado, conocido como la Puerta Dorada también del siglo XV, que da acceso a otra gran explanada donde a mano derecha se encuentra la Capilla de Santa Catalina (1250), además de varios edificios más modernos, como la cafetería o la Hospedería, espacio ocupado en otros tiempos por el hospital de pobres y peregrinos, del que hoy sólo se conserva el portal de acceso.

En esta Plaza del Monasterio a mano derecha, de estilo renacentista se encuentra el Palacio del Abad (s.XVIII). Pero el protagonismo aquí es para la gran fachada del Monasterio, formada por la Portada barroca de la Iglesia (s.XVII) con muros a ambos lados como continuación de su fachada, que realmente forman una muralla de 11 m y cuatro torres que rodea las distintas estancias de lo que ya es el recinto monacal. Esta fortificación se construyó una vez el monasterio pasó a ser el Panteón Real de la Corona de Aragón. La fachada de la iglesia muestra una gran puerta barroca, pero el edificio en realidad tiene sus orígenes en el siglo XIII.

Real Monasterio de Santa María de Poblet

Para entrar al recinto monacal debes pasar por la denominada Puerta Real, del siglo XIV. Este acceso se abre entre dos de las doce torres que se distribuyen por la muralla que rodea el citado recinto monacal. Ya en su interior lo primero que verás es el antiguo refectorio del siglo XIV, el cual posteriormente se convirtió en una bodega para producir vino. En la actualidad la empresa Codorniu es la que gestiona la producción de las diez hectáreas de viñas propiedad del Monasterio de Poblet.

La puerta de acceso al claustro del monasterio es de estilo románico, y dicho claustro de entre los siglos XII y XIII es de estilo gótico, con los capiteles de las columnas mostrando una sencilla decoración vegetal. Alrededor del claustro se distribuyen varias dependencias que se siguen utilizando por los monjes en su vida monástica:

  • El refectorio o comedor, en el que la vajilla y la cubertería está lista para ser utilizada en una próxima comida.
  • La biblioteca, antiguo scriptorium, espacio de lectura, estudio y trabajo que conserva el original techo de crucería del siglo XIII, aunque su colección, con más de 100.000 libros, se remonta a la última y más actual etapa del monasterio, a partir de 1940.
  • La sala capitular, acondicionada con micrófono para la lectura que cada día los monjes hacen de un capítulo de la regla de San Benito, la que regula su vida monástica.
  • La antigua cocina hoy en deshuso.
  • Una antigua sala dormitorio donde los monjes dormían en el suelo sobre lechos de paja.
  • En uno de los lados un gran templete que cubre la fuente del siglo XII utilizada como lavatorio por los monjes antes de comer.

El piso superior es un lugar que impresiona, un pequeño tramo de escalera nos lleva directamente a él, el dormitorio de los monjes, uno de los más grandes del mundo de 87 metros de largo completamente vacío hoy. Este dormitorio conecta con el sobreclaustro que puedes recorrer entero. En su día fue el claustro superior y desde él puedes observar el claustro inferior, el campanario y el cimborrio de la iglesia.

Real Monasterio de Santa María de Poblet

Desde el sobreclaustro a la Iglesia Mayor (s.XII), un edificio de tres naves con crucero, en el que se combinan el estilo románico y gótico. Así, las naves laterales presentan bóvedas de crucería y la central, de cañón apuntado. Pero eso no lo ves porque no puedes dejar de mirar el imponente retablo renacentista de Damià Forment (s.XVI) realizado en alabastro, donde se puede ver la imagen de Santa María de Poblet, además de otros motivos religiosos clásicos. Fue realizado en 1529 durante el reinado de Carlos I, aunque en realidad se trata de una reconstrucción del siglo XX pues el original quedó casi destruido tras el abandono del monasterio.

Ahora bien, el elemento más distintivo de la iglesia del monasterio, la joya de la corona es sin duda, el conjunto que forman los sepulcros reales situados en dos grandes bloques a ambos lados en el centro del crucero. En ellos están los féretros de Jaime I, Pedro IV el Ceremonioso junto a sus tres esposas, Fernando I de Antequera y su esposa Leonor, Alfonso II el Casto, Juan I acompañado de sus dos esposas, Juan II y su segunda mujer, Martín I el Humano y Alfonso V el Magnánimo. Aparte, en otros lugares de la iglesia y del recinto monacal hay sepulcros de nobles como el Conde de Urgell y de abades.

La visita termina admirando una capilla dedicada a una familia noble, la vidriera, y los órganos. De ellos Benedicto XVI dijo:

«El órgano, desde siempre y con razón, se considera el rey de los instrumentos musicales, porque recoge todos los sonidos de la creación y da resonancia a la plenitud de los sentimientos humanos, desde la alegría a la tristeza, desde la alabanza a la lamentación. Además, trascendiendo la esfera meramente humana, como toda música de calidad, remite a lo divino. La gran variedad de los timbres del órgano, desde el piano hasta el fortísimo impetuoso, lo convierte en un instrumento superior a todos los demás. Es capaz de dar resonancia a todos los ámbitos de la existencia humana. Las múltiples posibilidades del órgano nos recuerdan, de algún modo, la inmensidad y la magnificencia de Dios».

Sin duda opino que la visita a este monasterio es imprescindible, por sus elementos arquitectónicos y por su relevancia histórica. NO OS LO PERDÁIS.

Galería de imágenes del Real Monasterio de Santa María de Poblet

Mª Carmen Izquierdo
Mª Carmen Izquierdo
Administración de Condelmed, S.L., empresa de Marketing y Comunicación especializada en Internet. Diseño - Programación Web y Marketing SEO - SEM - Elaboración y gestión de contenidos.

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