Después de comer en la Arrocería Mas Prades, lugar recomendable del que damos fé de su calidad, seguimos sus instrucciones y dejamos el coche en el aparcamiento de la Playa de la Marquesa frente al restaurante vasco y nos encaminamos hacia su parte trasera para alcanzar la orilla del mar por la que en una hora y media llegaremos a nuestro destino: El Far del Fangar, uno de los símbolos arquitectónicos y paisajísticos más característicos del Parque Natural del Delta del Ebro por su singularidad y por cómo destaca en el árido entorno.
Para nosotros, fue el motivo principal para ir. Está perfectamente indicado una vez que te adentras en el Delta del Ebro, un lugar donde disfrutar de la Naturaleza en uno de los humedales más importantes de Europa.
El Fangar es una península de arena de 410 ha, que está orientada de NO a SE. Una pista de arena compactada de unos 4 km por donde caminar hasta el mirador, el Faro o el extremo norte de la península. Como es normal, el viento te acompaña en este lugar. El nombre de fangar viene de fango, que es donde se halla este faro, en esta península de fango convertido posteriormente en arena, de los sedimentos de la desembocadura del río más caudaloso de España, el Ebro.
Si no fuera por el mar, el paisaje de dunas te hace sentir como en el desierto, viendo el faro al que nunca llegas como un espejismo. Teóricamente hay unos cuatro kilómetros.
Las formaciones dunares es lo que más valor ecológico tienes en los inmensos arenales que predominan en esta zona, siendo las mejor conservadas del litoral catalán. Es el refugio de insectos, reptiles, pequeños mamíferos, anfibios, aves… Podemos ver también dos tipos de dunas, unas móviles sin vegetación y otras fijadas con vegetación encima como las de la Playa de la Marquesa. En las zonas más profundas entre las dunas, también hay retazos de salobrar muy interesantes.
Encuentro recopilando información que aquí se rodó el videoclip de U2 Vértigo y la película Sáhara, con Penélope Cruz y Mathew McConaway.
Después de dunas y más dunas que forman caprichosas formas y de kilómetros de playa con arena virgen por fin llegamos al Faro que da luz a los barcos de la zona para alertar de la Punta del Fangar.
Este Faro no es el primero que existió aquí. El primero se construyó en 1864 y se quemó durante la guerra civil española. Contaba con personal para su mantenimiento, pero su difícil acceso con caballerizas hicieron que se automatizara su funcionamiento, cuando se construyó una torreta de 8 metros de altura, que en 1970 quedó obsoleta y se sustituyó por el faro que encontramos en la actualidad: un faro de 20 metros de altura que proyecta, una luz blanca, que se ve intermitentemente cada 12 segundos y tiene un alcance de hasta 12 millas mar adentro.
Una pequeña puerta anexa a la base de la plataforma que incluye un pequeño tramo de escaleras, da acceso al personal para las tareas de mantenimiento.
Un paseo recomendable, aunque si se hace en verano hay que tener en cuenta que es un paraje virgen y que no hay ninguna sombra en el trayecto donde guarecerse del intenso calor. Ir preparados de bañador, protector solar y que no falte el agua.
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