Hace unas semanas estuve buscando información sobre el Parque Natural Sierra Mariola (Valencia-Alicante) para organizar unas excursiones y entre ella, vi la referente a las Cuevas de los Moros en Bocairent (Covetes dels Moros).
La verdad es que aunque me llamó la atención, no le di demasiada importancia. Dos semanas después me encontraba paseando… mejor dicho, reptando dentro de ellas.
Las Cuevas de los Moros en Bocairent es una visita totalmente recomendable, en la que además de disfrutar de ellas, de su paraje, de permitirnos cruzar el umbral al pasado y explorar los secretos centenarios… es además un patrimonio a destacar de nuestra historia.
Están situadas en el Barranc de la Fos, en la vertiente derecha, tan sólo a unos 300 metros al norte del núcleo urbano medieval de Bocairent.
A ellas se accede desde la parte posterior del pueblo Bocairent. Desde allí se divisan, a la otra parte del barranco, unas cincuenta ventanas excavadas en plena pared rocosa a mitad de altura sobre la pendiente montañosa. Son unas 53 ventanas que corresponden a 53 estancias de mayor o menor tamaño. En su inicio independientes y ahora todas comunicadas entre sí. Un laberinto de cuevas con una única entrada y salida.
Es el grupo más complejo y numeroso, con diferencia, de toda la cabecera del río Clariano. Es también el más famoso y del que más se ha escrito.
Son muchas las teorías que intentan explicar el por qué de estas Cuevas de los Moros en Bocairent. De entre ellas yo me quedo con la de su uso como graneros-almacenes para resguardar las cosechas de ladrones y animales. Unas instalaciones realizadas por habitantes de ascendencia bereber, aplicando un modelo de granero trasladado del norte de África (los tazaghin del alto Atlas, por ejemplo).
Como digo, inicialmente concebidos como almacenes individuales, que con el tiempo y la llegada de otros pueblos, las comunicaron para en vez de tener decenas de graneros pequeños… tener uno mayor.
Volviendo a la visita se accede a ella por una de sus cuevas, que tras la explicación de Paco (el guía en el que Mª Carmen confió, y menos mal, porque disfrutó de lo lindo), quedas a tu libre criterio para ir pasando de unas a otras según sea posible y apetezca. Sólo unas pequeñas normas: Si se desea salir del laberinto de cuevas optar por las opciones más cómodas (cuerdas, apoyos, etc.) nunca por las ventanas, a no ser que sepas volar je, je.
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1 Comment
Por toda la ribera mediterránea encontramos este tipo de cuevas. La tipología de cada una de ellas es muy diversa pero en principio se corresponden con unidades hipogeicas de la Edad del Bronce, luego afectadas de diversas modificaciones y adecuaciones de uso a lo largo de los años y las diversas culturas que se sucedieron en el lugar. Por ello es muy probable que todas las interpretaciones (uso de graneros, de viviendas, etc.) sean válidas, en función de cada momento en concreto y de su tiempo.
La arqueología ya ha demostrado, en algunos de estos importantes agrupamientos y en distintos países, que este tipo de cuevas fueron en principio de carácter funerario. Al ir ulteriormente intercomunicándose -para otros usos- las pequeñas células o panteones familiares con las vecinas adquiere el conjunto su aspecto actual.
La formación natural inicial del fenómeno espeleogenético puede deducirse a partir de la sutil estratigrafía del interior, buzada hacia el fondo y por donde el agua de escorrentía pluvial, procedente del inclinado acantilado, sumía creando las más o menos discontinuidades celulares, a lo largo de los estratos de rocas menos densas.
Sería interesante rastrear en la base de estas peñas de las cuevas, vestigios de cerámicas prehistóricas que confirmen la sospecha del uso funerario, además del de otras épocas. Por lo general, al limpiarse, una y otra vez, el interior de las cuevas, las basuras se tiran fuera y restan al pie del cantil. Y ahí cabe encontrar -en este caso- las pruebas materiales de la hsitoria del lugar.
Saludos, J. A. Encinas S.