Situado en un paraje emblemático de la villa se encuentran el castillo de Ademuz y la ermita de Santa Bárbara, ambas en estado de ruina sin que por ello dejen de mantener un gran interés cultural.

Y allí nos dirigimos tras nuestra agradable expedición al río Bohílgues… bueno, no todos y este es el motivo del artículo: que vean lo que se perdieron, je, je.

El castillo de Ademuz, erigido en la cima del monte de los Zafranes, fue construido en época musulmana. Destruido en el terremoto del 7 de junio de 1656, goza de protección legal desde 1929.

Los pobladores de la villa decidieron erigir la primera iglesia parroquial de Ademuz en el lugar más seguro: al amparo de los muros de este castillo.

Se documenta que durante toda la Edad Media, la fortaleza de Ademuz, con su iglesia parroquial dentro, jugó un importante papel defensivo. Hoy, sus ruinas se han habilitado como zona recreativa, convirtiendo el castillo de Ademuz en uno de los mejores miradores de la comarca del Rincón de Ademuz.

En cuanto a la ermita de Santa Bárbara, era considerada protectora frente a las tormentas. Fue edificada en el siglo XVIII en el solar de la antigua iglesia de San Pedro Intramuros, también destruida en el terremoto del 7 de junio de 1656.

Actualmente, su silueta en la cúspide de la villa forma parte inseparable de la imagen de ésta.

Una vez llegado al castillo de Ademuz y ermita de Santa Bárbara, las vistas son espectaculares. Desde ellas se aprecia con gran espectacularidad las vegas de los ríos Turia y Bohílgues, además de la villa a sus pies, en la que destaca al atardecer la Iglesia de San Pedro y San Pablo, en la que su cuidada iluminación la hace aparecer como una estructura cristalina de color anaranjado.

Lo que os habéis perdido… una excusa perfecta para volver.

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